martes, 12 de junio de 2012

CENSURAS, TAMBIÉN EN EL MEMORIAL DEMOCRÀTIC. 31 CONCENTRACIÓN VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN DE LA MESA DE CATALUNYA.




Hay muchas maneras de ejercer la censura, abiertamente, desde el tiro silenciador que aplicó la dictadura a la más burda expresión del censor inculto franquista, como enviar a la hoguera libros en los cuales aparecían palabras como República, aunque fuera la de Platón, o Rojo y Negro, aunque fuera la obra de Stendhal, quizá sí eran libros subversivos, pero ellos no lo sabían. Hay censura para llorar y para reír, pero no deja de ser un crimen en cualquier caso, porque todo formaba parte del mecanismo exterminador que puso en marcha el rodillo fascista para eliminar de su España todo opositor bajo el epígrafe “rojo”. Todavía había una más triste, la autocensura, el trágala y los ojos clavados en tierra, por el terror que desató el régimen golpista y que les proporcionó cuatro décadas de reinado absoluto marcadas por la represión total, desde el primer asesinato en Melilla, Virgilio Leret, a los últimos fusilados del franquismo el 27 de septiembre de 1975.

Y llegan las censuras post-mortem del sanguinario Caudillo, y de la tristeza pasamos a la vergüenza de la transición o claudicación, donde se cambió la justicia para los represaliats por la impunidad de sus verdugos, por la monarquía y por el bipartidismo interesadamente amnésico. El indigno olvido a cambio de una democracia que no lo ha sido. La capitulación de la verdad, la negación del genocidio. Los centenares de muertos de la transición, los secuestros de publicaciones, los juicios a directores de cine, exilios, censuras que todavía perviven como el no tan lejano secuestro de El Jueves o el juicio con absolución, no de la iglesia, a Krahe. Continuismo sin ruptura democrática.

Y seguimos por el mismo camino, porque dejar que la olla suelte un poco de vapor para que no explote no es ninguna ventaja. La ley de la desmemória no abrió ninguna puerta nos puso el punto final burocrático, porque el final de todo camino es la 52/2007, una excusa política, un muro de la vergüenza que quieren infranqueable.

Y continuamos en casa, el Memorial Democràtic, otro muro de contención de las reclamaciones de verdad, justicia y reparación, un escaparate de la memoria asumible por los que no tendrían que tener la conciencia tranquila, una vitrina donde mostrar la punta del iceberg sin reclamaciones para los represores. Un Memorial que nació limitado por CIU y permitido por los partidos que han puesto sus muertos en la balanza del consens, que siempre juega en contra de los intereses de las víctimas y de la construcción de un estado verdaderamente democrático. Un Memorial que ahora se modelará a imagen del Govern.

Asistimos a la censura encubierta y la miseria política. El recorte de la ley Òmnibus. Una ley que sirve para todo, también para escoger un nuevo Consejo de Participación del Memorial bajo el argumento de la simplificación administrativa y la racionalización de organismos públicos. Se pueden aplicar objetivos basados en estos criterios a los crímenes de lesa humanidad? Si esto, además de un insulto, no es censura, qué es? Una tomadura de pelo. Ahora nuestras víctimas, nosotros mismos, tenemos que pasar por una nueva humillación. Un órgano que no cuesta un euro a los contribuyentes, que tendría que abrirse a más voces, a la participación de todas aquellas y aquellos que trabajan por los derechos humanos en nuestro territorio, se cierra más. Los actuales miembros que no se den de baja serán eliminados por la consejera tal como dice la ley. Y en el caso de que el número de cesados voluntariamente dejara la opción a la entrada de más entidades de la memoria, será interesante observar si asistiremos al bautizo en sociedad de alguna asociación que venga a defender las víctimas de la retaguardia, los crímenes que ellos denominan religiosos en su obsesión por la persecución de los católicos por parte de la República. No quieren un Memorial activista, pero la gente de la memoria es terca y continuará pidiendo espacios, no sólo con voz sino también con voto. Y la Mesa de Cataluña continuará levantando la voz en nombre de las miles de voces ahogadas, lo hará en la calle, informando al pueblo, sin censura, denunciando, reclamando y exigiendo verdad, justicia y reparación, y la anulación de los juicios del franquismo.

Seguimos recogiendo tus palabras, libres, en nuestro libro de Pésame Combativo, te esperamos el próximo sábado 30 de junio a las 12 horas en la plaza de Sant Jaume de Barcelona.

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