Opinión
Retazos
Elecciones 20D y Tegucigalpa
Porque todo parece indicar que se cierne sobre
nuestras cabezas un nuevo bipartidismo que beneficiaría a la derecha
10/12/2015
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Tras cuatro años de una gestión política de verdadero disparate, por la cual este país está en una situación realmente alarmante a muchos niveles, que nos den cuatro años más de lo mismo sería una opción absolutamente indigerible para los que tenemos un mínimo de espíritu democrático y anhelamos el bien para este país. Pero España está como está. En la ruina. Ésa es la verdad. Por más que nos intentan seguir engañando y hablando de recuperación económica y pamplinas que no se creen ni los párvulos de preescolar.
Podría volver a enumerar los continuos abusos y las surrealistas extravangancias con que el Partido Popular ha tocado techo en lo que respecta a su actitud déspota, tirana y cruel para con los ciudadanos. El Partido Popular no ha gobernado, se ha tomado el país, con su mayoría absoluta como garante de la impunidad de sus despropósitos, como su finca particular; y, despreciando los derechos más básicos de los españoles, ha redibujado el panorama político, social y económico al servicio de sus intereses neoliberales y personales; contaminando, a su vez, la política española de corrupción y de podredumbre. No ha dejado títere con cabeza. Ha acabado con la sanidad pública decente. Nos ha devuelto a una Educación que parece directamente diseñada por la extrema derecha y los obispos. Ha empobrecido a los estratos más desfavorecidos de la sociedad y ha enriquecido a los más ricos. Ha acabado con el Estado de Derecho y nos ha devuelto, en definitiva, a una situación económica y social propia de un país tirano y tercermundista.
Ante este panorama la mayoría de los españoles ya no queremos más de lo mismo. Y, en consonancia con el malestar y la indignación de los ciudadanos, los nuevos partidos emergentes se han definido, de cara a la opinión pública, como una alternativa al bipatidismo clásico que ha imperado hasta hace pocos años. Sin embargo, las opciones políticas progresistas, en lugar de aunarse contra la derecha, se han dividido y enfrentado más, si cabe. Y un partido que se vende como demócrata y centrista, Ciudadanos, puede conseguir que la derecha nos vuelva a gobernar, de manera bipartita, tras el próximo 20D.
¿No queríamos caldo? Pues cabe la posibilidad de que nos hagan tragar tres tazas, si tenemos en cuenta la probabilidad de que PP y Ciudadanos lograran juntos una mayoría absoluta, lo cual predicen las encuestas. Tendríamos más de lo mismo. Y, ya digo, las ganas de exiliarse a Tegucigalpa, o a Fernando Po, si fuera el caso, serían, por mi parte, más que grandes.
Porque todo parece indicar que se cierne sobre nuestras cabezas un nuevo bipartidismo, un bipartidismo duplicado que beneficiaría a la derecha, tras una desmembración de las izquierdas que, en lugar de aunarse en un frente común, se escinden y pierden fuerza en el panorama político general. Y mientras tanto, una fuerza política tan importante como Izquierda Unida queda marginada y rechazada en el juego político preelectoral, siendo su líder, Alberto Garzón, el más y mejor valorado por los españoles; y siendo el único grupo político, como es, que contempla en su programa valores tan fundamentales para la democracia como el republicanismo y el laicismo. ¿Será por eso que no es tenida en cuenta en los debates políticos?
Queda claro que ninguna formación sacará mayoría absoluta, lo cual es un consuelo democrático ante el panorama que nos circunda. Y queda claro, incluso para muchos de sus votantes, que hay que alejarse de la derecha como de la peste si queremos que este país pueda empezar a resurgir de sus cenizas. Lo que no tenemos claro son los posibles galimatías electorales que nos podrían hacer volver al abismo. Porque, como decía Winston Churchill, la política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez.
Coral Bravo es Doctora en Filología.
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