Barcelona ondea la bandera republicana y lidera la lucha antifranquista
Ada Colau apoya una querella que solicita al rey Felipe VI
que responda por los crímenes del franquismo “como representante del
Estado Español y continuador legítimo” de la dictadura
Barcelona se llevó la peor parte de los bombardeos que arrasaron Catalunya, que concentra el 70% del total de muertes provocadas por ataques aéreos que se registraron en España
Barcelona en Comú, como la lista de Colau para las generales, En Comú Podem, cuenta con el apoyo de destacados luchadores antifranquistas, como Enric Pubill o Maria Salvo
Barcelona se llevó la peor parte de los bombardeos que arrasaron Catalunya, que concentra el 70% del total de muertes provocadas por ataques aéreos que se registraron en España
Barcelona en Comú, como la lista de Colau para las generales, En Comú Podem, cuenta con el apoyo de destacados luchadores antifranquistas, como Enric Pubill o Maria Salvo
Jordi Molina
- Barcelona
Semana de alto voltaje antifranquista en
Barcelona. El 40º aniversario de la muerte del dictador no ha pasado
inadvertido por el consistorio de la capital catalana, que además de
sumarse a los actos de condena por los hechos que tuvieron lugar durante
la Guerra Civil y la dictadura, ha tomado cartas en el asunto. El
gobierno de la alcaldesa Ada Colau se ha involucrado en dos procesos jurídicos;
uno persigue a los pilotos italianos que bombardearon Barcelona, y el
otro busca condenar al Estado como “continuador legítimo” del régimen
franquista.
En esta última querella, instruida en el
juzgado número 1 de Buenos Aires por la jueza María Servini, se señala
directamente a Felipe VI y Juan Carlos I e incluso a Mariano Rajoy, en
tanto que representantes del Estado. En la otra querella, presentada por
la asociación AltraItàlia, el Ayuntamiento se persona como parte
perjudicada. Entre el 13 de febrero de 1937 y 1939 se lanzaron un millón
de kilos de bombas sobre la ciudad, que tuvieron consecuencias
devastadoras: cerca de 5.000 muertos y 1.800 edificios destruidos en
Barcelona.
Una de las zonas más icónicas de esa masacre es la plaza
de Sant Felip Neri, hoy uno de los rincones más íntimos y mágicos de
Barcelona y, sin ninguna duda, el que mayor dolor alberga entre sus
paredes. Todavía en la fachada de la Iglesia se pueden observar los
restos de uno de los bombardeos más brutales que dejó la Guerra Civil en
el territorio español y que acabaría arrasando toda la zona, incluyendo
una guardería infantil. En ese ataque, perpetrado a las 9 de la mañana
de un 30 de enero de 1938, los historiadores contabilizan 153 muertos,
la mayoría de ellos niños.
“Estamos en tiempo de bombardeos y también hemos de
recordar los de Barcelona. El tiempo no borra la responsabilidad de
quien lo ha cometido", dijo el teniente de alcalde de Derechos de
Ciudadanía, Participación y Transparencia, Jaume Asens, ideólogo de la
iniciativa. De hecho, Asens, ya antes de sumarse a Barcelona en Comú y
siendo impulsor de la Comisión de Defensa de los Derechos de la Persona
del Colegio de la Abogacía de Barcelona, había instruido múltiples
procesos en pro de la memoria antifranquista.
Representantes de ERC y la CUP acompañaron a Asens en la rueda de
prensa, mostrando su apoyo a la iniciativa. Un día más tarde, en la
Comisión de Presidencia, Derechos de Ciudadanía, Participación y
Seguridad y Prevención, todos los grupos a excepción del PP, que protagonizó un encontronazo con los ediles de BComú, condenaron la dictadura franquista en una declaración institucional.
Cuando el terror vino del cielo
Los bombardeos que sufrió Barcelona son los protagonistas del otro
proceso jurídico que apoya el Ayuntamiento. En este caso, la querella la
impulsa la Asociación AltraItalia, que aglutina a los italianos
antifascistas que viven en Catalunya, y que apunta directamente a 21
pilotos italianos, algunos todavía vivos. Estos pilotos cumplían las
directrices del general Vincenzo Velardi, jefe de la Aviazione
Legionaria, que la noche del 16 de marzo de 1938 recibió las órdenes directas de Mussolini de aterrorizar a la población barcelonesa.
Entre las 22.08h. del 16 y las 15.19h. del 18 de marzo
de 1938 se desplegaron los ataques aéreos más duros que sufrió
Barcelona. Un infierno que duró 41 horas y que supuso 12 ataques masivos
y el lanzamiento indiscriminado de 44 toneladas de bombas sobre la
población civil barcelonesa. Este nuevo tipo de técnica de guerra
–conocida como bombardeo por saturación—,
traumatizó toda la ciudad y convirtió Barcelona en uno de los primeros
escenarios de la historia en bombardeos sobre la población civil, tras
la ciudad de Gernika, atacada un año antes, el 26 de abril de 1937.
Catalunya fue uno de los territorios más castigados por la nueva
técnica bélica adoptada por la aviación italiana y se contabilizan al
menos 7.400 víctimas mortales, es decir, el 70% del total de muertes
provocadas por ataques aéreos que se registraron en el conjunto de
España. Y la mayoría de ellos los sufrió Barcelona, que todavía conserva
muchos de los refugios antiaéreos de la época.
La tradición antifranquista de Colau
La vinculación del equipo de Barcelona en Comú con la tradición
republicana no es nueva. "Nuestra candidatura quiere demostrar que se
puede hacer política de una manera diferente. Pero no se puede hacer un
proyecto de regeneración sin memoria”, decía Colau en uno de los actos
de campaña en La Canadenca, icono de la lucha obrera, que remite a una
de las huelgas pacíficas más importantes de la primera parte del siglo
XX, que en febrero de 1919 paralizó Barcelona y buena parte de la
industria del país.
Precisamente ese día, el equipo
de Colau presentaba dos nombres que cerrarían la lista y que aportaban
“memoria” a la candidatura, el historiador Josep Fontana y la luchadora
antifranquista Maria Salvo (Sabadell, 1920), que fue brutalmente
represaliada tras 16 años en cárceles de Barcelona, Madrid y Segovia.
Una represión en la que sufrió palizas en la Dirección General de
Seguridad, ubicada en la Puerta del Sol madrileña, que después le
impidieron ser madre.
La nueva apuesta de Colau para las generales sigue la
misma estrategia. El cabeza de lista es el historiador Xavi Domènech;
mientras que al final de la papelta figurará el presidente de la
Asociación de Ex Presos Políticos de Catalunya, Enric Pubill (Barcelona,
1930). El primero fue el encargado de revisar los símbolos y los
nombres de las calles de Barcelona, con el principal objetivo de reducir
la presencia de nombres borbónicos. De hecho, entre sus primeras
decisiones destaca la polémica retirada del busto del Rey Juan Carlos de la sala del pleno del consistorio barcelonés.
Por su parte, Pubill es una de las víctimas directas del régimen que
sigue con vida, y un habitual de las listas de ICV, su partido de
referencia tras su paso por el PSUC. Entre su amplio abanico de crudas
anécdotas, Pubill suele recordar la brutalidad de los hermanos Creix. El
escritor Manuel Vázquez Montalbán —que también sufrió la 'amabilidad'
de los Creix—, los definió como unos “profesionales de la humillación”.
Los hermanos torturarían a un gran número de luchadores republicanos,
sindicalistas e intelectuales como Joan Oliver, Miguel Núñez, Joan
Comorera, Gregorio López Raimundo o al propio Pubill.
21/11/2015 -
19:42h
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