Europa Laica denuncia
los gravísimos atentados contra los Derechos Humanos del Estado Islámico
Europa Laica denuncia, ante la comunidad internacional
y la opinión pública, los gravísimos atentados contra los Derechos Humanos que están teniendo lugar por parte del
autodenominado “Estado Islámico”, así como la proclamación del llamado Califato
en territorios de Irak y Siria, en tanto que es un gobierno teocrático y
plenamente ilegítimo.
El “Estado Islámico” vulnera los derechos humanos más elementales,
principalmente el derecho a la vida y la integridad personal, a la libertad de
conciencia, a la igualdad entre mujeres y hombres, y a la democracia. En su
fanatismo teocrático, está realizando un genocidio religioso, de género y
étnico, del cual están siendo víctimas los yezidis, cristianos, chíies,
laicistas, ateos y agnósticos, así como las mujeres y los kurdos.
A la persecución religiosa y la limpieza étnica se unen las formas
teocráticas de gobierno y la crueldad hacia todos los disidentes, incluidos
niños: decapitaciones y otras mutilaciones, violaciones, esclavitud sexual,
etc. Todo lo cual se intensifica, además, con el problema añadido de los
refugiados que vagan sin alimentos, ni agua o mal viven en campamentos.
Europa Laica considera urgente una intervención
inmediata de la comunidad internacional, y rechaza cualquier tipo de
intervención militar unilateral, especialmente por parte de los Estados Unidos.
La Administración de EEUU, tanto la anterior de Bush como la actual de Obama,
no es parte de la solución sino del problema. El integrismo islamista ha tomado fuerza en Irak y Siria por el vacío
de poder y el caos después de la guerra de Irak y durante la guerra civil
siria, ambas engranajes en la estrategia militar-imperialista de los EEUU para
poner y quitar gobiernos a su conveniencia, ora integristas, ora dictaduras
militares, según las circunstancias. Es la destrucción de los países, de sus
infraestructuras, de sus recursos y sus instituciones lo que crea el caldo de
cultivo del integrismo, y donde las víctimas de esa destrucción y fanatismo
siempre son los más débiles. La comunidad internacional debe implicarse y
actuar de acuerdo a los principios del multilateralismo, de la soberanía y la
autodeterminación de las naciones y los pueblos, de la legitimidad democrática,
de la legalidad internacional, de la separación estricta entre política y religiones,
de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, de la erradicación de la
pena de muerte, las torturas y los tratos degradantes, y de los derechos
fundamentales a la educación, la sanidad y la cultura.
El “Estado Islámico”, como Al-Qaeda y otros grupos yihadistas, muestran el
horror de la teocracia, del fundamentalismo y el integrismo religioso. Nos
reafirman en la necesidad del laicismo
como marco de convivencia en la diversidad y en el respeto a los derechos
humanos y la democracia. No obstante, este horror integrista no puede
servir de excusa para el recorte de derechos y libertades, ni para justificar
ningún tipo de xenofobia ni islamofobia, ni para legitimar ninguna intervención
imperialista unilateral.
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