sábado, 8 de diciembre de 2012

LAS PROMESAS SE LAS LLEVÓ EL VIENTO

Retazos
Miseria, corrupción y falsas promesas
Crecimos creyendo que la mentira tiene las patas muy cortas, y que la verdad suele triunfar siempre contra la falsedad, cuando nos adoctrinaban, a los que llegamos a conocer los últimos conatos del nacional-catolicismo franquista en la escuela, en valores rígidos y estereotipados que criminalizaban, entre otras muchas cosas, la mentira como una de las grandes expresiones del mal; sin intuir, ni de lejos, que los mismos que nos chantajeaban con el miedo a mentir eran los que más y premeditamente nos mentían. ¿Quién no recuerda haberse confesado inocentemente ante un cura con ocho o diez años, y haberle dicho, entre titubeos de temor, haber mentido, tras haber pasado dos horas intentando rebuscar, a veces sin resultado, los pecados que ensuciaban nuestra alma y nos convertían en firmes candidatos al fuego eterno? Imagino que casi todos.
El mismo comportamiento paranoico ante la mentira preside, por lo que vemos, las herramientas de gestión del gobierno Rajoy. Quiero decir, todos sabemos (los que queremos saber, por descontado) que el actual gobierno está incumpliendo sistemáticamente todas y cada una de las promesas electorales con que engañó al país en la campaña electoral. No es nada nuevo, e, incluso, circulan por la red varios vídeos que lo demuestran con claridad meridiana. Lo que muchos no esperábamos es que lo hicieran con el descaro, con la altivez, con la soberbia y con la inmoralidad con que lo está haciendo.
El 10 de septiembre pasado, hace escasamente dos meses, en la primera entrevista televisada que Rajoy concedió a TVE desde que inauguró su mandato, el presidente de la gaviota dijo textualmente “Si hay algo que no tocaré son las pensiones”. Pues bien, sesenta días después de expresar tal sentencia aclaratoria, deja a los pensionistas españoles casi 500 euros más indefensos ante la tremenda realidad neoliberal. Lo hicieron público la ministra de Empleo y Seguridad Social, junto a la vicepresidenta, quienes, tras el Consejo de Ministros del pasado viernes, día 30 de noviembre, anunciaron que “el Gobierno no compensará a los pensionistas por la desviación del IRPF”.
Una manera suave de decir que el pensionista medio español, uno de los que menos ingresos tiene de Europa, verá recortada su pensión anual en una media de casi 450 euros. ¿Dónde está esa varita mágica de los que prometían, sin pelos en la lengua, que “arreglarían España”? Porque no sólo no la están arreglando, sino que la están devastando y llevando, sin paliativos, a la miseria.
Me pregunto a dónde irán a parar los miles de millones de euros que se van a sustraer de las miserables pensiones de los españoles. Quizás veamos pronto algún nuevo rentable negocio familiar de alguien de la derecha, o quizás nos enteremos de algunas nuevas comisiones multimillonarias por tráfico de influencias; o quizás nos llegue la noticia de coches de superlujo en garajes de propietarios que dicen que son un pequeño regalo. O puede que se dediquen a subvencionar los bolsillos de organizaciones religiosas ultra, tan beneficiadas por los próceres de la derecha. Como son tan píos ellos, imagino que estarán continuamente solicitando el servicio confesional de sus asistentes espirituales, y ello en aras de mantener intactos sus sacrosantos “valores”.
Pero, mientras tanto, paro, suicidios, precariedad, embargos, desatención, muerte y miseria. Y, en la lista del índice de la Percepción de la Corrupción 2012, España entre los primeros 30 países más corruptos del mundo, al mismo nivel que Botsuana. Este es el gobierno de la gaviota, un hermoso animal en apariencia, pero en realidad un animal carroñero.
Coral Bravo es Doctora en Filología

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