Una señal de identidad de Fraga era su ultra-catolicismo cuando era joven se sintió plenamente identificado con la frase «mitad monjes, mitad soldados» y hasta quiso ser cura. Hace poco tiempo dijo: «Creo en todo lo que manda la Santa Madre Iglesia, de modo que no discuto ninguno de sus dogmas». Pero se le olvidó el quinto mandamiento “no matarás”. Ya sabemos que la Iglesia cooperadora cooperadora e instigadora de la represión dispensaba del cumplimiento del quinto cuando se trataba de los rojos.
FRAGA Y GRIMAU
Fraga a muerto y ha sido alabado por toda la desmemoriada clase política del estado español, yo quiero recordarle como el ministro que firmó la condena a muerte de Grimau, no solo firmo este asesinato sino que orquesto una campaña nacional e internacional para calumniar a nuestro compañero, se río de él burlándose de un luchador que fue un modelo de valor, quiero recordar la protesta internacional contra este nuevo crimen yo estaba en Paris, hacia poco tiempo que había llegado a Francia huyendo de la policía franquista, nos reunimos en una plaza como en la que hoy estamos, esperábamos que la sentencia de muerte fuera conmutada, bajo el balcón donde Angelita Grimau esperaba también la decisión de los asesinos, había dirigentes sindicales franceses, autoridades, políticos, españoles y franceses todos unidos y compartiendo la misma angustia, estaba con nosotros Marcos Ana , también recién llegado de las cárceles franquistas, había un gentío allí, reunidos, en silencio, no gritábamos, nos mirábamos en silencio nos estrechábamos las manos para darnos ánimos ante el trago que nos esperaba.
Estaba con mi novio, abrazada a él vi como Angelita se retiraba llorando del balcón, la sentencia había sido confirmada, todos los ministros la firmaron, Fraga, el gran demócrata fue uno de los que firmó, nuestra protesta no sirvió para arrancar a nuestro compañero de las garras de la muerte, hacia unos meses conseguimos con el clamor internacional que no se ejecutara otra condena la de un joven anti-franquista, esta vez no pudimos detenerlos , el alba seria mortal para Grimau, Fraga, nunca olvidaremos que quitaste la vida a un luchador y quisiste también quitarle el honor el deshonrado eres tu, que nuestra memoria te acompañe al infierno
Esta es la letra de “¿Que Dirá El Santo Padre?” canción que Quilapayún y Violeta Parra cantaron a Julián Grimau, torturado, lanzado por una ventana, llevado al hospital para poder después fusilarlo. Julián Grimau fue y es una víctima de Manuel Fraga.
Miren cómo nos hablan
de libertad
cuando de ella nos privan
en realidad.
Miren cómo pregonan
tranquilidad
cuando nos atormenta
la autoridad.
¿Qué dirá el santo Padre
que vive en Roma,
que le están degollando
a su paloma?
Miren cómo nos
hablan del paraíso
cuando nos llueven balas
como granizo.
Miren el entusiasmo
con la sentencia
sabiendo que mataban
a la inocencia.
El que ofició la muerte
como un verdugo
tranquilo está tomando
su desayuno.
Con esto se pusieron
la soga al cuello,
el quinto mandamiento
no tiene sello.
Mientras más injusticias,
señor fiscal,
más fuerzas tiene mi alma
para cantar.
Lindo segar el trigo
en el sembrao,
regado con tu sangre
Julián Grimau.
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