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Parecemos diferentes, y lo somos, pero si miramos más allá nos daremos cuenta de que somos iguales en un punto: todas somos víctimas de la violencia de género. El maltrato no son sólo las palizas, las vejaciones físicas o psíquicas, o el asesinato. Es mucho más. Violencia es que nos miren y nos utilicen como objeto sexual, que nos paguen menos que al hombre por el mismo trabajo, que nos atribuyan todas las cargas del hogar y la familia, que la maternidad sea sólo cosa nuestra,… Violencia es la impunidad en la que viven muchos de nuestros maltratadores, el silencio de una sociedad que todavía mira hacia otro lado, unas instituciones que aprueban leyes que luego no se cumplen; violencia es, en definitiva, un sistema patriarcal y machista que en todo el mundo nos condena por ser mujeres a ser ciudadanas sometidas.
Ni una más. No queremos más muertes, ni más violencia; queremos construir pueblos y países, culturas y sociedades, gobiernos e instituciones, en las que todas y todos seamos sólo personas, gentes abiertas de ideas y de mente. Hombres y mujeres avanzando de la mano, sin jerarquías, sin imposiciones y sin abusos; hombres y mujeres con ética.
Garbiñe Atxukarro
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