Fascism INC
se centra en el nacimiento del nazismo y el fascismo, consecuencia de
la crisis capitalista europea de los años 20 y 30, y en el neofascismo
presente en la política griega desde la posguerra hasta el día de hoy.
Chatzistefanou utiliza comentarios de expertos en la materia para
ofrecer una imagen clara y asequible sobre un tema complejo y
parcialmente soterrado. Asimismo, los expertos se encargan de derribar
ciertos mitos sobre el fascismo. Por ejemplo, que Hitler y Mussolini
accedieron al poder violentamente. En realidad, fueron poco menos que
marionetas al servicio de un plan orquestado —y bien meditado— por las
élites para combatir a los movimientos de izquierdas y devolver a la
industria su hegemonía. Clara muestra de ello fue el
discurso que Hitler ofreció en 1932 en Düsseldorf, donde prometía un
paraíso para las grandes industrias y un infierno para la clase
trabajadora. Otro mito desmentido en el documental: que hubo
industrias que no cooperaron con los invasores durante la invasión nazi.
Solo hay que pensar en los beneficios que la guerra depara a toda gran
industria de cualquier nación. Estos beneficios se multiplicarán si el
invasor y futuro gobernante va a mantener a raya a los sindicatos y
demás estructuras socialistas. Tristemente, responde a razones muy
lógicas (razones de mercado) que los hombres de negocios de los países
en vías de ocupación no solo apoyasen al régimen de Hitler sino que lo
financiasen, debido a la promesa de prosperidad que éste sugería. Entre
otras cosas, el fascismo ofrecía a los gobiernos de los países
conquistados obras públicas y mano de obra dócil.
¿Por
qué la persecución y exterminación de los judíos? ¿Mero odio racial?
Más bien odio de clase. Los judíos representaban en Alemania en la
década de los 30 una clase media bien consolidada, al cargo de los
pequeños y medianos comercios, algo que no interesaba a la burguesía
porque repercutía en sus propios beneficios. Así pues, la burguesía
utilizó al nazismo como arma. Como dice uno de los expertos: “la eliminación de los judíos permite a Alemania en 1930 ser líder en lo que hoy llamamos grandes almacenes”. Los beneficiarios de los campos de concentración no eran sino las grandes industrias y los contratistas. Por ejemplo, el campo de concentración de Dachau proveía de mano de obra barata a las factorías de BMW que fabricaban motores para aviones.
¿Tendrá algo que ver todo esto con la actual hegemonía de Alemania en
Europa, con su rápida recuperación tras la guerra? A raíz de la
perspectiva del documental se podría decir que Hitler y Mussolini no
fueron más que cabezas de turco. Con todo, ¿fracasó realmente el
fascismo? Parece que ni a BMW, ni a Siemens, ni a Renault —cuya
participación con el fascismo está de sobra comprobada— les va mal.
En
cuanto al caso de Grecia, el caso más destacado de fascismo europeo
durante la segunda mitad del siglo XX y del XXI, en el documental se
asegura que en 2013 sucede lo que en Alemania en 1933. El estado apoya
al partido Amanecer Dorado, que funciona como rama militar del neoliberalismo. Los
fascistas se esconden en los partidos de centro cuando la situación es
tranquila, y suben al poder cuando la élite los necesita. Pero, en la actualidad ¿sucede esto solo en Grecia?
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