Entrevista a Felipe Moreno, coordinador de la Plataforma catalana de apoyo a la Querella
El militante antifranquista Felipe Moreno, que pasó por las manos del exinspector, es querellante en la causa argentina y coordinador de los Querellantes de Catalunya.
Javier Coria. Diario Público, 28.10.2013
Felipe Moreno, de 67 años, es querellante en la causa argentina y coordinador de los Querellantes de Catalunya.
Como militante antifranquista, pasó por las manos del policía Juan
Carlos González Pacheco -Billy el Niño- quien, junto al exguardia Civil
Jesús Muñecas Aguilar, han sido llamados a declarar por el juez de la
Audiencia Nacional Pablo Ruz debido a la orden de detención
internacional que dictó la juez argentina María Servini, dentro de los
autos del proceso abierto contra los crímenes del franquismo.
¿Cuándo y cómo le detuvieron?
A mí me detuvieron el 13 de octubre de
1975. En aquella época yo militaba en el PCE (m-l), en Madrid. Aquel mes
hubo muchas caídas -detenciones- de militantes de mi partido y del
FRAP, y yo acudía a una cita de seguridad en el Alcázar de Segovia.
Quería saber si mi contacto con el partido había sido detenido. Al
llegar me estaban esperando seis policías secretas. Cuando entré en el
Alcázar me pusieron una pistola en la sien y otra en los riñones.
Enseguida llegó un coche, me esposaron y me tiraron en la parte trasera
del vehículo, y a toda prisa me llevaron a la Dirección General de
Seguridad (DGS).
El 13 de octubre, después de los fusilamientos de tres de sus compañeros el 27 de septiembre…
Sí, sí, en ese contexto de especial
represión contra nosotros. Recuerdo la portada de la revista “Cambio 16″
de aquel verano, donde el Jefe Superior de Policía declaraba: “Guerra
al FRAP”.
¿Y en la DGS?
Me subieron al tercer piso, sin pasar
por ningún registro administrativo ni por ninguna revisión médica.
Durante el paseo por las dependencias, los policías, tanto de paisano
como uniformados, me dieron tortazos y puñetazos, hasta que llegué al
despacho de Conesa…
¿Estaba allí “Billy el Niño”?
Sí, “Billy el Niño” estaba en el
despacho, junto a tres policías más y otros dos que se mantuvieron al
margen y nunca me tocaron. Después supe que eran los que tenían que
firmar el atestado y, al tener que identificarse en el mismo, se
cuidaron de no participar en las palizas para evitar posibles denuncias.
Estuve dos días en que no sabían quién era yo, ya que llevaba
documentación falsa. Al tercer día me identificaron. Durante todo ese
tiempo no hicieron otra cosa que pegarme, pegarme, pegarme…, con porras,
puños y demás. Luego, cuando tenían que descansar, me esposaban a los
radiadores del despacho. Todo aquel que pasaba por allí, me daba patadas
o me insultaba. Así estuve tres días.
¿Billy el Niño dirigía el interrogatorio o también participaba en las palizas?
Billy el Niño era el que más se
ensañaba. Había un joven policía que tenía cara de asustado, pero no sé
si por lo que estaba viendo, o por miedo a no hacerlo bien delante de
sus superiores. Roberto Conesa me dio algún tortazo, aunque él se
limitaba a dirigir el interrogatorio sentado en un sillón. Una vez me
dijo Conesa: “Yo soy un profesional, si ganáis estaré con vosotros”.
¿Era tan sádico Billy el Niño como declaran otras víctimas?
Sin duda. Dos policías me sujetaban las
piernas, él se ponía encima y con una porra me pegaba en los genitales.
Luego me estiraba sobre una mesa con las plantas de los pies
sobresaliendo y las golpeaba hasta que se hinchaban. Esperaba a que se
enfriaran y volvía a empezar. Otras veces me hizo ponerme en cuclillas y
saltar sobre las plantas destrozadas de los pies, lo que llamaban
irónicamente hacer el pato. Todo esto duró trece días, estando ya en los
calabozos de la DGS.
Curiosamente para Felipe esto no eran
torturas, sino palizas sin más, y se alegra de no haber sufrido otros
métodos de tortura como algunos de sus compañeros, se refiere a la
picana eléctrica, la bañera, etc. Felipe nos siguió relatando verdaderas
torturas físicas y psicológicas, como las amenazas de ejecución, ya que
no constaba su detención.
¿Y las secuelas físicas en su cuerpo?
Múltiples. Tengo una hernia de hiato,
testículo desprendido, un talón roto que se curó por sí mismo, y que me
sirve de barómetro para los cambios de tiempo. La cadera un poco
desplazada, lo que me hace cojear ligeramente.
¿De qué se le acusó realmente?
Me acusaron de pertenecer el PCE (m-l) y
al FRAP, aunque yo sólo me declaré sindicalista de una de sus
organizaciones, la Organización Sindical Obrera (OSO). Me sacaron
informes y la declaración de una persona que me identificaba como
militante del partido. Localizaron mi casa y en los registros
encontraron libros y papeles del partido, así como unas notas antiguas
del FRAP. Me aplicaron la Ley Antiterrorista y me acusaron de pertenecer
a banda armada. Por lo que estuve 10 días más en la DGS. El 25 de
octubre me pasaron a la cárcel de Carabanchel, sin visitar ningún médico
ni ver al juez. Allí estuve en las celdas de incomunicación. Todo ello
por orden del Tribunal Militar número 5 de Madrid.
Entonces, ¿cuándo vio al juez por primera vez?
Lo vi a finales de noviembre, me vino a
visitar a la cárcel. Todo el tiempo estuve incomunicado, sólo salíamos
de las celdas para ducharnos una vez cada 15 días.
¿Cuánto tiempo estuvo en la cárcel?
Estuve hasta la Ley de Amnistía de 1977.
¿Qué opina de que Billy el Niño haya sido llamado a declarar por fin?
Con desconfianza, después de tantos años
no me fío en que se haga justicia. Yo quiero que sea detenido,
condenado y que le quiten todos los honores que tuvo, como la medalla al
mérito policial, y que se sepa quiénes fueron nuestros represores y que
en la España franquista se conculcaron los derechos humanos. La verdad,
no quiero la cárcel para nadie, ni para este personaje.
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