domingo, 21 de abril de 2013

NAZIS

Coral Bravo
Coral Bravo
Retazos
Nazis
Que la crisis económica que vivimos no surgió por obra y gracia de ningún espíritu santo es algo que todos tenemos asumido. Pero el asunto va mucho más allá. Según diversas fuentes y diversos autores, ni siquiera la crisis fue creada por determinados sectores del poder económico y político para satisfacer su voracidad, sino se creó, por parte de esos lobbys de poder, como una herramienta más de manipulación de las masas que permitiera revertir el proceso de avance democrático y social; como un modo de hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales e individuales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
Y en ese proceso, y en esa línea, se trata de criminalizar las revueltas callejeras, las manifestaciones ciudadanas y cualquier tipo de protesta que moleste a los neoliberales. Hace escasos meses decía en la Universidad de Valencia la filósofa y activista Susan George que los españoles son como ratas de laboratorio con las que el poder investiga cuánto castigo toleran sin rebelarse. Pues bien, muchos españoles se están rebelando. Los españoles más desesperados, los que están perdiendo, además de su trabajo, sus casas, están recurriendo a la única vía de protesta a la que pueden acudir por el impulso de la desesperación, la vía del pataleo.
Ante la impotencia y la más absoluta indefensión por parte de las instituciones públicas ante la injusticia de los desahucios, los activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PHA) están protestando de la única manera que pueden, con acosos y abucheos directos frente a los domicilios de los políticos en los llamados escraches, que, por cierto, acaban de ser limitados por el gobierno a más de trescientos metros de cada vivienda donde se hayan convocado.
Es decir, ni siquiera se puede acudir al recurso del pataleo cuando a uno le dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad pública, sin educación pública decente, sin servicios sociales, sin nada… Como mucho, pataleo limitado y controlado por cordón policial, y eso de momento, esperemos que no lancen un nuevo decreto ley que les lleve a la cárcel.
Y es que los desahuciados, víctimas de unas hipotecas estafa y basura (que el gobierno Aznar pactó con los bancos para enriquecer a grandes fortunas y dar salida a las viviendas construidas en la burbuja inmobiliaria) son, además de un incordio, unos criminales. O mucho más, son unos nazis, sectarios y totalitarios, como acaba de afirmar la número dos del Partido Popular. Y son unos “izquierdistas antidemocráticos”, como ha expresado el número tres, Carlos Floriano; izquierdistas que se dedican a actos “radicalmente antidemocráticos”, como ha dicho el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Le dijo la sartén al cazo. Por supuesto, estos dirigentes del gobierno Popular son tan profundamente demócratas y defienden tanto los valores humanistas, democráticos y solidarios que no pueden menos que indignarse sobremanera cuando perciben acciones o actitudes fascistas y filonazis, como son los gritos de desesperación de personas comunes que lo han perdido todo.
Y es que protestar ante los políticos responsables, por acción, complicidad u omisión, de la miseria extrema de miles de familias que se quedan en la calle es el ejemplo más claro y contundente de lo que significa ser nazi. De hecho, propongo una interpelación a la Real Academia Española de la Lengua para que en la definición de “nazi” del diccionario de referencia de la Lengua Española se considere como principal la acepción de la palabra que han inventado los políticos neoliberales del Partido Popular. Nazi, dícese, español de escasos recursos económicos al que han desahuciado de su casa, le han echado del trabajo, vive de la caridad de amigos y familiares o en la calle, y que, ante su desesperación y su más cruda indefensión, se dedica a protestar a voz en grito ante los políticos que le ignoran y que desprecian sus derechos más básicos como ser humano. Así están las cosas.
Coral Bravo es Doctora en Filología
Ver todos los artículos de Coral Bravo.

No hay comentarios: