jueves, 12 de enero de 2012

VATICANERIAS

Jueves, 5 de Enero de 2012

El complot de los transgénicos en Roma y en el Vaticano / Vaticanerías / Eduardo Lliteras Sentíes

Washington presiona para obtener el apoyo de la Santa Sede a sus negocios agroalimentarios




(InfoLliteras.com) —

Tras la plantación de soya y maíz transgénico en México y en Yucatán están los poderosos tentáculos de las transnacionales de la alimentación como la Monsanto, la Aventis, la Pionner o la Novartis, entre otros. En la disputa por abrir mercados a sus productos OGM (Organismos Genéticamente Modificados) utilizan todo tipo de canales diplomáticos y no tan diplomáticos. De las presiones tras bambalinas, al intercambio de favores y a las amenazas veladas o no tanto. Como señala Stefania Maurizi, periodista del semanario italiano L´Espresso, en su último libro, “Dossier Wikileaks, Segreti italiani”, “el problema es que la guerra por los OGM no es una disputa académica. Es una guerra comercial, con multinacionales capaces de agenciarse el respaldo de Estados y diplomacias, como demuestran los cables de Wikileaks”.

Y añade: “Es una gran guerra la de los OGM. En juego están los enormes intereses de multinacionales como la Monsanto o la Pioneer del gigante de la química DuPont, que la diplomacia estadounidense defiende en una ofensiva en dos frentes” en Italia. El primero, claro está, acosando al Gobierno italiano en turno. Y el segundo, presionando al Vaticano y al papa.

El arte de la guerra utilizado por dichas multinacionales y Washington incluye la infiltración, en los Gobiernos del planeta, de funcionarios favorables a los OGM o de plano ex empleados incondicionales a sus intereses.

En el caso de Italia, país contrario mayoritariamente a los OGM (por hábitos de los consumidores pero también como política de Estado para proteger a los productos locales, vinos, quesos, carnes frías, aceite de oliva, entre otros) la guerra dio inicio en el año 2000 con el llamado decreto Amato.

Dicho decreto prohibió en Italia la comercialización de cuatro tipos de maíz genéticamente modificados, como señala Stefania Maurizi. Dos de estos tipos de maíz OGM son producidos por la Monsanto y los otros dos son producidos por los gigantes del sector farmaceútico Aventis y Novartis.

Dicho decreto redundó en un duro golpe a las exportaciones de granos de Estados Unidos a Italia, añade Maurizi, quien afirma, citando cables diplomáticos revelados por Wikileaks, que los daños fueron registrados por la embajada de E.U. en Roma y cuantificados en decenas de millones de dólares anualmente.

A partir de dicho decreto el Gobierno estadounidense utilizó todos los canales disponibles para presionar a las autoridades italianas a que lo anulasen y no fuera aplicado. Las presiones fueron realizadas a través de políticos italianos proclives a los OGM y del mismo embajador estadounidense en Roma, quien envió mensajes muy claros a su aliado Silvio Berlusconi.

En la estrategia o “complot OGM”, como se llama el capítulo del libro de Stefania Maurizi (BUR 2011, Milán, Italia), tener al Vaticano de aliado es fundamental.

“Para la diplomacia estadounidense el objetivo más importante es convencer a la Santa Sede para que bendiga los OGM. Para hacerlo, comienza a presionarla en 2001. Ocho años después no ha soltado a la presa ni un centímetro”.

Como señalan los cables de Wikileaks en poder de Stefania (la única periodista italiana a la que Julian Assange entregó información) el apoyo del Vaticano cuenta más que cualquier otro en el mundo, porque el poder de la Iglesia Católica es supranacional y alcanza cualquier punto en la Tierra.

“La prioridad número uno para Washington es la legitimación ética y por lo tanto la aceptación social de los OGM”. Para ello, espera la bendición urbi et orbi del pontífice. Ya sea de Benedicto XVI o del que le siga.

Cabe señalar que en el caso mexicano los últimos Gobiernos panistas a nivel federal han abierto los campos mexicanos a las plantaciones de OGM. Empezando por el maíz transgénico. Yucatán no se ha salvado de estas plantaciones que convierten a las semillas en propiedad privada. Expropiando a los campesinos y a la población de un patrimonio milenario. Un auténtico jaque mate a la soberanía alimentaria, complotado con ayuda de los Gobiernos y de sus serviles peones desde la Senasica y la Sagarpa.

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