lunes, 21 de noviembre de 2011

VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN


VIGÉSIMO CUARTA CONCENTRACIÓN MESA DE CATALUNYA PER LA VERITAT, LA JUSTÍCIA I LA REPARACIÓ.

Os convocamos a una nueva concentración con las mismas reivindicaciones de Verdad, Justicia y Reparación por las víctimas del franquismo y la transición.

Desde que optamos por poner rostros y voces a nuestras demandas en forma de concentración pública las cosas no han dejado de empeorar para la Memoria por culpa del cambio de rumbo de los diferentes gobiernos. Nuestra tarea es y seguirá siendo necesaria porque es una exigencia de democracia y de respeto por los derechos humanos sin cuya defensa ningún estado puede ponerse la etiqueta de democrático. El hecho de que políticamente haya habido un giro a posiciones que no respetan, sino que más bien menosprecian, la memoria histórica democrática y antifascista, nos alienta a continuar con esta labor de denuncia pública. Denuncia de las actitudes vulneradoras de las diferentes administraciones y poderes del estado. Por qué es en la vida real, en la calle, los espacios públicos comunes donde nos hemos de acercar a la gente para dar lecciones de historia, de democracia y de derechos básicos que no se dan en las escuelas, institutos, ni universidades, ni los medios de comunicación, ni por parte de las instituciones públicas. Mucha personas se enteran los finales de mes en la Plaza de Sant Jaume de que el franquismo vive y pervive cerrándonos el paso a la justicia y se quedan boquiabiertos porque daban por hechas y satisfechas nuestras reivindicaciones.

Estas personas nos apoyan y dan las gracias por nuestra labor de difusión.
Y ¿por qué tenemos que estar en la plaza con la pancarta y las fotos de nuestros familiares que esperan justicia? ¿Por qué no satisfacer nuestras peticiones amparadas en la universalidad de los derechos humanos? ¿Por qué en otros países se hace y aquí no es posible?
Aquí no es posible porque no hay voluntad política por parte de una clase de políticos, que mayoritariamente aun dice que la transición fue modélica y no una trampa para la democracia. Políticos anclados en un pasado de naftalina que veneran la Constitución como un libro sagrado, que sube a los altares la figura de un monarca que está por encima de cualquier súbdito, figura indiscutible y no juzgable por ninguna instancia. Libro que en un artículo te puede amparar para desampararte al siguiente, que miente cuando dice que tenemos derecho a trabajo, vivienda digna, cuando los que más encarnizadamente defienden su articulado, niegan esta realidad al pueblo. La Constitución conjuntamente con la Ley de Amnistía es un blindaje de la impunidad del fascismo y de sus crímenes de lesa humanidad. Blindaje también de la figura de un rey, que presidió consejos de ministros durante el franquismo, que juró lealtad a una dictadura sangrienta y fue ordenado sucesor a un Reino de España creado por el jefe del criminal nacionalcatolicismo. (Ley de la Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Artículo 1. España, como unidad política, es un Estado Católico, social y representativo que, de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino ")

Nos dijeron por activa y por pasiva que esta Constitución no se podía modificar, pero cuando vino la superestructura financiera, único poder real, sí se hizo. Así, no se había osado modificar ni para abolir la ley Sálica, ni para sacar el punto del servicio militar, cuando ya no existía desde hacía mucho tiempo, totalmente ridículo. Si no se podía hacer porque quedaba abierta la caja de Pandora, se ha demostrado que el mundo no se hunde por modificar el libro donde duerme nuestra democracia el sueño eterno. Si no ponemos sobre la mesa la transición, la constitución y la monarquía y ponemos en evidencia que no son ningún avance democrático, no podremos llegar a satisfacer nuestras reivindicaciones de verdad, justicia y reparación para nuestras víctimas. No podremos dar por honrada su memoria hasta que ese mito por el que las luchadoras y luchadores antifascistas dieron lo mejor de si mismos, no se haga realidad, porque la actual realidad es un obstáculo para nuestras demandas y el panorama se oscurece cada día más en los diferentes parlamentos. Por el contrario, cada día brillan más las peticiones de justicia y democracia en las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades, y allí estaremos nosotros con las caras dignas y valientes de nuestras víctimas mirando a los ojos de los que aún protegen a sus verdugos.

El 20-N de 1975, por un momento, el mundo fue un lugar mejor, murió el asesino Franco. Con su entierro en Valle de los Caídos, levantado con el sudor y la sangre de sus esclavos físicos, no fue enterrado su legado, que dejó atado y tan bien atado, que aun nos cierra el paso. Con el dictador se enterró aún más dolorosamente nuestra Memoria, porque se hacía en nombre de futuras democracias, reconciliación y progreso. En un acto sádico la memoria antifascista será enterrada viva, cuando una vez muerto Franco, que no el franquismo, empezaba a sacar la cabeza de la tierra, buscando la luz de la verdad. Ahora se acerca otro 20-N, hito electoral, donde la Memoria tiene presencia sólo a los programas de los considerados pequeños partidos de izquierda. Pase lo que pase el 21-N no tiraremos la toalla, por eso el sábado 26 te esperamos en la plaza Sant Jaume para plantar cara a tanta injusticia y para decir que por encima de nuestra lucha y la nuestra dignidad: No pasaráSelecciona

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