“Los curas usaron a las menores como escudos humanos”
El activista Shangay Lily está recibiendo todavía los efectos de la Jornada Mundial de la Juventud. Desde Twitter algunos radicales le insultan y hasta le envían amenazas de muerte. El origen de estos ataques está en la marcha laica del pasado 17 de agosto, en la que participó portando una bandera gay, que terminó arrebatándole un cura para pisotearla junto a otros peregrinos. Le golpearon, le patearon, y sin embargo, lo único que mostró la prensa de la derecha fue que él insultó a unas jóvenes que rezaban arrodilladas, una manipulación de lo que verdaderamente ocurrió, y que cuenta en ELPLURAL.COM.
Este jueves, ELPLURAL.COM recogió la información de La Gaceta, que publicó una de las fotos en las que aparece Shangay Lily frente a las chicas que rezan y en la que el periódico de Intereconomía le tilda de “desecho humano”. Shangay Lily es un histórico activista por los derechos de los homosexuales, escritor, autor de teatro, fundador de la revista Shangay Express.
Amenazas del PP y de radicales
El vocal de NNGG del Partido Popular de Salamanca Pablo Bonilla le ha amenazado a través de Twitter. “Un día te llevarás tu merecido. Gente como tú sobra en el mundo!”, ha escrito. No es el único tuit. En esa red social cada día Shangay Lily lee más mensajes de ese estilo: ‘como te pille, vas a mear sangre’, ‘te vamos a matar’, ‘cuando salgas a la calle, mira para atrás porque te vamos a hacer pagar’.
La manipulación de la derecha
“Han hecho una campaña de manipulación. ABC sacó la información a dos páginas con la foto de las chicas rezando, el título: ‘Un transexual agrede a unas peregrinas que rezan pacíficamente’; El Mundo, por el estilo; e Intereconomía, que grabó lo que ocurrió (su vídeo están en Youtube) ha intentado tapar después lo que yo dije ese día, para poder manipular los hechos”, explica.
“Usaron a menores como escudos humanos”
“Los curas, los que organizaron el boicot a la marcha laica, usaron a las menores como escudos humanos. . Como es habitual en la Iglesia, utilizaron a las mujeres de manera servil y lo peor es que muchas de esas chicas eran menores de edad, a quienes tenían la responsabilidad de proteger y llevaron a un lugar de conflicto”, explica Shangay Lily.
Ángeles, cuadros de santos…surrealista
“Estuvimos parados en la calle Carretas más de una hora y no entendíamos por qué la marcha no avanzaba hacia Sol, hasta que supimos que los peregrinos estaban allí entorpeciendo el paso. Chicas arrodilladas en plena calle, una cosa absolutamente surrealista, con imágenes religiosas, cuadros de santos, un ángel con alas, un rosario enorme, cruces. Estaban también junto a mí, pero no las había visto, hasta que un amigo me dijo: ‘mira, están rezando por nuestros pecados’”, narra Shangay Lily.
Utilizan la democracia, que no toleran
La opinión de este activista es que aquello fue una provocación porque la Iglesia “no tolera la libertad de expresión, pero utiliza nuestras herramientas democráticas para mofarse de nosotros”
La mano de Rouco
Shangay Lily cree que detrás de todo lo que ocurrió está la mano del arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, “un fascista -afirma- que actúa desde la cobardía y desde la manipulación”.
Lo que ocurrió con las chicas que rezaban
“Yo me acerqué a las chicas, que estaban en medio de la manifestación, como hicieron otros laicos y dije en voz alta: ‘Nosotros os damos la bienvenida, no necesitamos creer en ningún Dios inexistente para ser buenas personas, nosotros creemos en el ser humano’. La gente estaba muy exaltada, algunos gritaban: ‘Estos son los que ponen bombas’, en alusión a los atentados en Noruega”, afirma Shangay Lily.
Neonazis entre los peregrinos
“Cuando finalmente llegamos a Sol había muchos peregrinos y todavía se veía cómo bajaban con sus banderas por las calles Montera y Preciados. Nos llamó la atención que había neonazis con los brazos en alto entre los peregrinos. Me han confirmado que un grupo de voluntarios habían ido a captar a peregrinos para acudir a Sol, con el lema: ‘Corred a Sol que hay una revuelta contra la cristiandad’. De locos”, sigue contando Shangay Lily.
La niña que lloraba
“Había un cura rodeado de niños y entre ellos una niña de unos once años, decían sus lemas sobre el Papa y los manifestantes laicos gritaban: ‘Vuestro padre es un nazi’, y la niña se echó a llorar y allí seguía aquel cura, tan contento”.
Un cura le arrebató la bandera gay
Shangay Lily se acercó a un sacerdote rodeado de adolescentes que rezaban de rodillas con rosarios en las manos. Había muchos manifestantes que les gritaban que se fueran, que estaban provocando. Intentó acercarse. “Uno me empujó para evitar que me acercara más al cura. Levanté la bandera gay que llevaba y entonces el cura me la arrebató de la mano, la tiró al suelo y empezó a pisotearla, y después vinieron algunos peregrinos e hicieron lo mismo. Yo me agaché para coger la bandera y me dieron patadas y puñetazos”.
“Los policías protegían solo a los peregrinos”
Shangay Lily critica con dureza la actuación de la Policía. “Escoltaron al cura que me arrebató la bandera. Fue lo que hicieron todo el tiempo: proteger a los peregrinos y hacer la vista gorda ante las agresiones y las provocaciones que dirigían a los manifestantes laicos. Fueron sus guardaespaldas, lo que nos sucedía a nosotros no les importaba”, afirma.
el plural
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