martes, 6 de abril de 2010

SOBREVOLANDO


SOBREVOLANDO LA PEDOFILIA SAGRADA


La Semana Santa se acabo, la hemos soportado con sus cirios, sus saetas, con la invasión de nuestras calles por extrañas y morbosas imágenes a las que hay que adorar y gritar hasta la histeria, así honramos nuestras raíces hispánicas, las autoridades acompañan estas farsas con caras serias y compungidas, como si creyeran en todas estas historietas, todo esto al son del himno nacional, la marcha real. Es todo un espectáculo el que da un estado que se dice aconfesional, pero ¿Quién se lo cree? Lo del estado aconfesional no es más que una fábula, como la de Cristo.


Hay algunos que se han quedado desilusionados, esperaban que aprovechando el jolgorio mediático y turístico que se arma en Roma por estas fechas, el papa, nuestro Mefisto XVI, aprovechara la ocasión para condenar la pederastia y tener alguna palabra de consuelo y piedad para las víctimas, nada de eso, al contrario, el papa ha callado pero sus seidas han hablado para pedir silencio sobre estos delitos, para decir que todo viene de una conspiración laica contra el papa, que todos son chismes y que el hablar de estas cosas debería estar penado como el antisemitismo. Buena idea, si hubiera prosperado, el hablar de niños violados por los curas estaría penado por la ley al igual que los crímenes que comete Israel en Gaza deben ser silenciados, diciendo que al denunciarlos se cae en el antisemitismo.. Si la idea del predicador Vaticano hubiera sido adoptada las victimas de la Iglesia podrían ser procesadas si hablaban o en todo caso silenciadas como las victimas palestinas. No ha sido así, y eso porque los judíos han protestado desean seguir teniendo la exclusiva de cometer crímenes envueltos en la impunidad y el silencio.


Los judíos dicen con orgullo que los Estados Unidos dominan al mundo y ellos a los Estados unidos, pero la Iglesia también extiende su poder por buena parte de este sufrido planeta y la ley de la omerta fue y sigue siendo vigente entre casi todos sus adeptos, ya los obispos han dicho que apoyan al Mefisto, es decir que aprueban sus encubrimientos de los delitos de pedofilia.


Veamos un ejemplo de los métodos que emplea esta secta para silenciar sus crímenes. Monseñor Jacques Gaillot, obispo francés ha pedido disculpas estos días por haber enviado a un cura pedofilo a una parroquia donde abuso de unos cuantos niños. La historia empieza en el Canadá, el cura que nos ocupa fue condenado allí a 20 meses de prisión por abuso de menores, cumplida su condena la Iglesia le repuso en sus funciones y lo mandó a Francia, a la diócesis de Gaillot, como el mismo dice “se me pidió que le diera una parroquia y así lo hice, la Iglesia funcionaba así.”


El cura al ver asegurada su impunidad siguió sus abusos, los parientes recurrieron al obispo, el señor Gallito, y este no les contesto y además escondió sus denuncias cuando la justicia tomó cartas en el asunto. El cura fue juzgado y condenado a 12 años, en el proceso Gaillot fue llamado a responder de su silencio, lleno de soberbia contestó “Yo debía defender al sacerdote, era nuestro deber, ahora la moda es preocuparse de las victimas”, acabo con desprecio


Esa es la mentalidad de los que se arrogan el poder de guiar nuestras vidas, las victimas no cuentan, el defenderlas es una moda, un capricho que pasara y quedaran siempre nuestros hijos para solaz de sacerdotes.


Los facistoides españoles ya han entrado en la palestra, todo es antipapismo, los delitos de los que se hablan deben ser silenciados como lo son los crímenes del franquismo que algunos locos siguen queriendo que se desvelen, el pedir justicia, verdad y reparación es un delito tanto para las victimas del franquismo como para los niños violados, se ríen de las victimas y después se van a celebrar a Franco a los Jerónimos donde los curas les esperan con los brazos abiertos, mejor que no lleven a sus niños, por si acaso.

Crímenes y abusos de la Iglesia, crímenes y abusos de los fascistas, siempre unidos, unos y otros son los mismos

Milagros Riera

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